Esta imagen tiene para mi un valor emocional muy grande, no sólo porque este fue el primer cometa que pude observar a ojo desnudo en mi vida, sino que además porque fue la última salida astronómica que pude compartir con quien fuera mi amigo y mentor en la fotografía astronómica, Roberto Macintosh.
La imagen se encuentra procesada con los escasos conocimientos de mis inicios en la fotografía, debido a que tiempo después perdí todos los crudos en una rotura de disco rígido. Parece que estaba destinada a quedar así en el tiempo, al igual que el recuerdo de mi querido mentor, a quien le dedico esta entrada de blog.
PABLO CIRIELLI.

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